A nadie le gusta pensar en su muerte. Sin embargo, vale la pena pararse un momento a comprender la importancia de estar asegurado a la hora de fallecer. Si no por uno mismo, por los que quedan detrás, porque los trámites que un fallecimiento conlleva son engorrosos y tus familiares puedan vivir el duelo tranquilamente, sin preocuparse por cuestiones burocráticas o económicas.
Ahora bien, ¿qué opción elijo? ¿Un seguro de vida o uno de decesos? Las dos son pólizas que contratamos de cara a nuestro fallecimiento para intentar hacérselo más sencillo a los nuestros pero tienen sus diferencias. Los seguros de decesos dan un servicio y los seguros de vida ofrecen una indemnización económica. Son dos seguros complementarios y no excluyentes, que garantizan tu tranquilidad y la de tu familia. Eso sí, tanto si contratas un seguro de vida como uno de decesos no te olvides de comunicárselo a tus seres queridos para que sepan cómo actuar y puedan contactar con la compañía cuando llegue el momento.
Seguro de vida vs seguro de decesos
Con un seguro de vida buscamos que los beneficiarios (normalmente los familiares que el contratante elige) obtengan una compensación económica si el contratante fallece, así como el traslado o repatriación de restos mortales si lo hace lejos de su domicilio. Su finalidad es proteger la estabilidad familiar. El asegurado escoge el capital que quiere asegurar y pagará una prima acorde con esa cantidad. Además, ese capital también está garantizado en caso de accidente grave o invalidez y los beneficiarios de un seguro de vida cuentan con ventajas fiscales que de otro modo no tendrían.
Por su parte, con un seguro de decesos es la aseguradora la que se encarga de los engorrosos trámites inmediatamente posteriores a la muerte y de los gastos del sepelio. Según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un entierro en España cuesta de media 3.500 €. Contar con un seguro de decesos evita dejar esa carga económica a nuestros familiares. El seguro de decesos es una solución especializada destinada a coordinar y prestar los servicios funerarios cuando el asegurado fallece, dando apoyo a la familia tanto en aspectos emocionales como en el pago de los gastos y la gestión de los trámites necesarios para coordinar el servicio de sepelio, así como los eventuales costes y gestiones de traslado del difunto desde cualquier lugar del mundo al lugar designado para la inhumación o la incineración. En este tipo de seguros, es la compañía la que calcula el importe aproximado de los gastos en los que incurrirá cuando su asegurado fallezca.
Si nos fijamos en el perfil de las personas que contratan uno u otro, lo habitual es que las personas con familia y con alguna deuda o hipoteca suelan contratar un seguro de vida. El perfil de los que contratan un seguro de decesos es más amplio y heterogéneo, porque es un seguro muy extendido en España (su tasa de penetración se sitúa alrededor del 60%).
Por eso, a pesar de que ambos se activan con el fallecimiento del titular, su contratación dependerá de la situación personal de cada uno. Si quieres estar completamente tranquilo y saber que a tu familia no le faltará nada cuando tu faltes, lo conveniente es contratar ambos. Pero si tienes dudas o si quieres contratar un seguro de decesos, ven a Aseguris. Siempre vamos a ofrecerte la opción que mejor se adapte a tu situación y tus necesidades.
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